lunes, febrero 19, 2007

¿Hay vida después del ladrillo? - 10 Pasos para superar los Abusos Urbanísticos

La ecología será urbana o no será. Visto lo visto de nuestro modelo urbano, parece simplemente que no será. Entre 2 y 3 millones de viviendas, la mayoría turísticas o segundas residencias, están siendo construidas o están proyectadas en España gracias al "boom" actual. Con este urbanicidio podemos decir adiós a cualquier propósito serio en contra del cambio climático. Acabamos con unos recursos hídricos escasos, desvirtuamos centenares de espacios naturales singulares y vaciamos de cultura significativa a miles de pueblos cohesionados. Al mismo tiempo, la democracia local ha sido fagocitada por unos ayuntamientos paralelos "en la sombra" de las constructoras y el interés público se sustituye por el principio de que "urbanizar por urbanizar" siempre es bueno. Huelga decir que brota por doquier la especulación, la corrupción y el blanqueo de capitales ilícitos.

Ahora denunciar la corrupción urbanística está de moda. Puede ser utilizada más como arma arrojadiza que cómo el reflejo de una convicción en otra forma de hacer el hábitat urbano. Las fiscalías han despertado de su letargo, el fisco parece haber descubierto de repente una evasión colosal de impuestos e incluso, se habla de la pérdida de muchos paisajes naturales valiosos. Ya veremos si sigue la preocupación después de las próximas elecciones municipales...

Desde el Parlamento Europeo hemos convertido el escándalo urbanístico español en un asunto europeo importante y notorio. Primero enfocamos la atención de la Comisión de Peticiones (de la que yo soy titular) en la Ley Urbanística Valenciana. En una acción muy poco habitual aprobamos en el pleno del Parlamento un demoledor informe sobre el urbanismo valenciano, lo que ha desembocado en un procedimiento de infracción en contra de la ley y ha puesto ante la opinión pública europea la famosa "Valencian Land Grab" (el robo de tierras valenciano). Además hemos presentado docenas de preguntas parlamentarias y hemos ayudado presentar peticiones europeas sobre casos concretos desde el Cabo de Gata hasta Tarifa; desde Fuerteventura hasta Murcia; en Castilla con San Glorio llegando hasta Mallorca, eso sí, pasando antes por Segovia y la Sierra Norte de Madrid.

Con la legislación europea en la mano, intentamos frenar muchos proyectos y en ocasiones, con algún éxito muchas veces gracias a la ayuda los ciudadanos. Hemos conseguido crear más presión popular en el sistema de justicia, en los distintos gobiernos y en la sociedad en general con el objetivo de defender la vida ante el avance incesante del ladrillo.

Pero nuestro empeño no se queda en la protesta sino también en la propuesta de una nueva urbanidad ecológica y democrática. Puede que no haya vida después de la dictadura del ladrillo pero sí hay una vida vibrante en las miles de comunidades que aman y defienden cada palmo de su entorno construido y natural. Ellas marcan el camino para superar los abusos urbanísticos y tejer un futuro más vivo y feliz.

David Hammerstein
Eurodiputado de Los Verdes


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10 Pasos para superar los Abusos Urbanísticos

1 Del pelotazo urbanístico al urbanismo con vocación colectiva.
Es necesario desarrollar un urbanismo con clara vocación colectiva y una clara definición del interés público, social y ambiental para justificar cada nueva urbanización tal como ha exigido el Parlamento Europeo en su informe sobre el urbanismo valenciano. Urbanizar no es un valor en sí mismo. Ha de aplicarse del Principio de Precaución antes de impulsar cualquier nuevo proyecto urbanizador para valorar en su integridad los posibles impactos y daños ecológicos, sociales y culturales que genera. Las nuevas construcciones deben guiarse por un desarrollo lento y no destructivo, que no traspase la capacidad de carga ambiental y que no altere los equilibrios de los ecosistemas y de las zonas ricas en bienes y capitales naturales.

2 De la autonomía secuestrada a la planificación supramunicipal.
No dejemos a los municipios solos ante el peligro en la tarea de frenar “la actual fiebre urbanística”. Se hace necesaria y urgente una planificación territorial supramunicipal con fuertes objetivos sociales y ambientales. Reducir la actual autonomía municipal sobre la planificación y la zonificación de los usos del suelo los haría más resistentes a la presión de las grandes constructoras que actualmente acosan a los municipios. En muchos municipios la autonomía municipal alimenta los voraces abusos urbanísticos.

3 Luz y taquígrafos.
La ciudadanía urbana exige condiciones de transparencia, de igualdad de trato y participación pública en las contrataciones públicas de los agentes urbanizaciones. Han de fijarse estrictas reglas para evitar los conflictos de intereses, los abusos, el favoritismo y los beneficios desmedidos en las recalificaciones urbanísticas y en la fijación de precios. La Directiva Europea de contratación pública debe ser aplicada con rigor. Hay que evitar el solapamiento opaco de los poderes públicos y de los intereses privados en la selección de proyectos y en la constitución de empresas mixtas urbanizadoras.

4 Estado de derecho frente a la ciudad sin ley.
Es necesario aumentar los recursos del sistema judicial para agilizar y fortalecer su aplicación frente a posibles casos de corrupción urbanística, y con ello acabar con la ineficacia en la que están las actuales vías judiciales: costosas, lentas y tortuosas. Hace falta un plan de actuación eficaz contra el blanqueo de capitales económicos procedentes del narcotráfico.

5 Lo pequeño es hermoso.
La pequeña propiedad necesita más protección legal y jurídica frente al poder de los urbanizadores, ya que estos privatizan la gestión pública y la misma política al suplantar la acción de las instituciones públicas en los planes urbanizadores. Los derechos de propiedad sobre viviendas y suelos no puede sacrificarse sin una clara justificación de índole social o ambiental.

6 Dinero para los municipios que no destruyen.
Más beneficios y oportunidades para las buenas prácticas en política municipal. Tiene que reformarse la forma de financiación municipal para que puedan obtener una ampliación y mejora de los recursos locales como recompensa de una política territorial responsable y conservadora de los valores principales del municipio. Esta financiación debe ser supramunicipal para premiar y dar ventajas a los municipios que conservan mejor sus valores ambientales y culturales, y desanimar con ello el crecimiento desbocado del municipio.

7 La vida es siempre antes que el ladrillo.
Todos los planes urbanizadores deben implicar la realización de una evaluación estratégica de los impactos ambientales que generan según exige la legislación europea. Especialmente deben valorarse aspectos como son: la conservación de la calidad y cantidad de los recursos hídricos a medio y largo plazo y de acuerdo con la Directiva Marco de Agua de la Unión Europea; la estricta protección de los espacios naturales al amparo de la Directiva Hábitats y la Directiva de Aves.

8 El cambio climático exige cambio urbanístico.
Los planes urbanísticos deben ser acompañados con planes de movilidad sostenible que impliquen giros y reequilibrios a favor del transporte público y de un balance energético eficaz con el fin de no aumentar el transporte motorizado y las emisiones contaminantes que contribuyen al cambio climático global. Todas las nuevas viviendas deben poseer la tecnológica ecológica más avanzada y los materiales menos dañinos para el medio ambiente.

9 La ciudad mediterránea junto al mundo rural conservado.
Conservar antes que destruir. Conservar y rehabilitar es innovación y es memoria, también es bienestar humano y natural. Las ciudades y pueblos compactos y abigarrados son mejores para la habitabilidad urbana y para la salud del planeta. Es prioritaria la conservación de los barrios históricos, la salida a mercado de las viviendas vacías, y la restauración de las zonas degradadas de las ciudades. Con un “crecimiento y mejora hacia adentro” hay que poner límites a la inacabable y voraz expansión urbana. Es necesario un freno radical a la invasión y sustitución de capitales naturales por el cemento y el ladrillo, y esto puede hacerse marcando claras diferencias y fronteras entre la ciudad y el campo, y poniendo estrictos límites al crecimiento difuso que como manchas de aceite se extiende alrededor de los cascos urbanos existentes. Hay que preservar los bienes y servicios naturales que son parte de la riqueza e identidad de la vida rural.

10 Ciudades para las personas y su diversidad.
Hay que salir de la fealdad repetida y anodina que está masivamente presente en las actuales formas urbanísticas. Al planificar el futuro urbanístico de deben tomar en cuenta las necesidades de grupos específicos y singulares, sus hábitos prácticos y sus culturas propias. Colectivos y grupos específicos como pueden ser las mujeres, la infancia, los discapacitados, o las personas mayores, suelen necesitar un entorno urbano más verde, más seguro y más saludable, más peatonal, con más transporte público, con más lugares para la calma para el disfrute y el encuentro social.

noticiasverdes@davidhammerstein.org

sábado, febrero 17, 2007

ALANA y Entorno Escorial presentan sus alegaciones al Plan Especial de Montencinar

El Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de Montencinar continúa suscitando críticas, en este caso por parte de Entorno Escorial y la Asociación de Vecinos de Los Arroyos y Navalquejigo (ALANA), que han presentado diferentes alegaciones al proyecto.

Estos colectivos coinciden en pedir un uso público para la zona del Castillo, contemplar el desvío de la línea de alta tensión Altos del Sil, utilizar materiales permeables en la pavimentación de aceras y calzadas y reclamar la inclusión de alguna referencia a la Cerca Histórica de Felipe II. Igualmente, ambas asociaciones demandan la protección de la ribera del río Guadarrama y consideran que los contenedores soterrados no son convenientes.

En este sentido, ALANA cree que sería deseable mejorar el actual servicio de recogida de basura y proyectar en la zona un centro de compostaje de residuos vegetales. En cuanto a las comunicaciones, Entorno Escorial pide la creación de carriles bici, mientras que ALANA explica que cualquier actuación debe pasar por respetar el carácter residencial, de modo que los vehículos no puedan circular a más de 30 kilómetros por hora. Esto evitará, a su juicio, que el eje principal se utilice “como variante para comunicar la carretera M-510 con la M-505, solucionando así uno de los muchos problemas que ahora mismo tiene nuestro barrio”.

Por otra parte, Entorno Escorial se muestra en contra de aumentar la edificabilidad en las parcelas de 2.000 metros cuadrados, así como del proyecto de reparcelación en el Montecillo de San Ignacio, ya que “disminuir el tamaño de las parcelas supone una importante agresión ambiental, al poder verse afectadas gran número de encinas”.

En cuanto al coste del proyecto, ALANA considera que está “sobredimensionado” y es “inasumible” por los vecinos, haciendo hincapié en la necesidad de establecer convenios con las compañías suministradoras de telefonía, energía eléctrica y agua, “al objeto de que sean ellas las que asuman los costes que por estos servicios se establecen en el PERI”.

En este sentido, este colectivo recuerda que los vecinos “cuentan ya con sus correspondientes contratos”, por lo que pide que se anulen las partidas destinadas a telefonía (1,4 millones de euros), energía eléctrica (5,2 millones) y abastecimiento y distribución de agua (4,2 millones). Finalmente, la asociación indica que debe concretarse cuál va a ser la participación económica del Ayuntamiento en el proyecto de urbanización.

martes, febrero 13, 2007

Hablemos de menudencias

Hablemos de cosas tan importantes como el agua y la vida y dejemos por un momento a un lado la importancia de otras. Llama la atención dos situaciones especialmente dramáticas en la sociedad actual: el escaso compromiso social si hablamos de conservar las aguas y a sus habitantes, y la artificiosa forma de pensar de nuestra sociedad.

La contaminación de las aguas y los usos inapropiados que se hacen de ella son alarmantes, pero aún es más alarmante la 'mala conciencia' que hemos adquirido, engañados o no. Así que más que la contaminación o el famoso cambio climático, preocupa que ambas situaciones no se perciban como algo MUY IMPORTANTE.

Nadie negará que gozamos de una oferta importante de servicios, públicos y privados, y que nuestra economía aparenta un buen crecimiento. Pero si observamos nuestros ríos y nuestro entorno, que debieran ser naturales, nos damos cuenta de que la mayoría ya no existen como tales, los ríos se convierten en lenguas de desechos y el esqueleto de lo natural, del paisaje, se haya debajo de una losa de cemento donde ni siquiera pusieron: 'aquí se encuentra enterrado nuestro medio ambiente, descanse en paz'.

'Papá, ¿tu cuando fuiste pequeño conociste al ambiente o ya era medio por aquella época?' Ojalá no tengamos que oír algo así nunca.

El agua y su importancia no es el capricho egoísta de cuatro, es un bien común y primario que la sociedad debiera conservar, no defendemos los ríos solo por la existencia de peces ni por un sentido egoísta e irracional de práctica piscatoria, estamos convencidos de algo mucho más importante: 'El agua engendró la vida y es la que la sigue manteniendo a día de hoy'.

El hombre en ningún periodo ha podido desprenderse de la necesidad vital de rodearse y depender del agua. Pero desgraciadamente no hemos actuado como sus aliados sino como enemigos, enemigos de nuestro cuerpo, pues de agua estamos formados en nuestra mayoría.

La sociedad de la información en la que estamos sumergidos nos educa y forma en prioridades y valores falsos. Fiel reflejo es el consumismo en el que nos hayamos envueltos. Nadie se asombra si el río que pasa cercano a nuestras casas está sucio, pero si nos podemos llegar a poner de uñas con situaciones tan dispares como un apagón generalizado o que una marca de refresco cambie su formato original. Esto hace pensar que sucede algo, y seguramente algo de graves consecuencias.

Hemos entrado en un desarrollo no natural donde no estamos regidos por lo mismas leyes que el resto de seres de este planeta, quizá la selección natural nos ha abandonado y nuestras cabezas se dirigen obsesionadas y compulsivas hacia escaparates y televisiones, rechazando la vida y el lugar de nuestra procedencia, que está en lo mas profundo de los ríos.

Aplicamos códigos de ética y de bienestar a los animales domésticos de consumo humano, por tanto su fin es la muerte a manos del hombre, pero no damos prioridad a otros animales en peligro de extinción como los salmones de la cornisa cantábrica, permitiendo normativas que lo destinan a su desaparición. Caemos continuamente en nuestras propias contradicciones, deberíamos organizar nuestras prioridades, que ya están empezando a ser más que latentes y aplicarlas antes de que sea tarde (si no lo es ya).

Esperamos que el agua, y la vida que nació de ella, ocupen de nuevo el lugar que nunca debieron perder, o al menos conformarnos con que este editorial nos haga pensar en ello.

Unión Nacional de Pescadores Conservacionista