domingo, octubre 29, 2006

Los Jaime I

RAMÓN GÓMEZ CARRIÓN/

Los Premios Rey Jaime I son los más prestigiosos del país después de los Príncipe de Asturias y acaban de entregarse en Valencia en un acto que ha presidido la Reina y que no ha tenido la repercusión mediática nacional que objetivamente se merece. Lo de menos, con ser destacable, es la presencia de doña Sofía, muy acertada al constatar que estos seis galardones a eminentes personajes de la ciencia y la investigación premian grandes esfuerzos hacia el progreso y la solidaridad. El prestigio de los jurados, de los que forman parte 18 Premios Nobel, garantiza la independencia y objetividad en la elección de los mejores en investigación (Francisco Reinoso Suárez), investigación clínica (Xavier Bosch), protección del medio ambiente (Rafael Fernández Rubio), economía (Luis Ángel Rojo), nuevas tecnologías (José Francisco Duato Marín) y urbanismo, paisaje y sostenibilidad (Antonio Lamela).

Los más solicitados por la prensa han sido Fernández Rubio y Antonio Lamela. El primero, autor de proyectos de medio ambiente en más de 40 países, denunció el desorden urbanístico que ha afectado a toda la costa mediterránea y no sólo a la de la Comunidad Valenciana, lo que no exculpa a los responsables del desaguisado, que no son los políticos exclusivamente. Los fallos en la ordenación del territorio, en general, se deberían a aspectos económicos y sociales, algo en lo que insistió el arquitecto Lamela, si bien éste, además de pedir educación de la sociedad y de los ciudadanos desde niños en el respeto al paisaje, denunció que la construcción en la costa se ha hecho sin control, con una desarmonía fruto de la descoordinación entre las diferentes administraciones.

A la vista de lo que está ocurriendo estos días en torno a las ilegalidades urbanísticas, con los partidos políticos enfrentados a muerte, acusándose mutuamente de liderar supuestas corruptelas, no hay lugar para la esperanza. Llevan razón los premiados Fernández Rubio y Lamela cuando aconsejan a los políticos que se dediquen a hacer política y que dejen cumplir con su cometido a los técnicos en urbanismo y ordenación del territorio. Pero no les harán caso ni aquí, ni en el resto de España.

Supongo que las declaraciones de estos dos premiados con el Jaime I habrán levantado algunas ampollas en las altas esferas políticas, especialmente en el Consell, por más que Esteban González Pons haya iniciado una nueva etapa de impulso a la sostenibilidad del urbanismo y de guerra a muerte a las ilegalidades. Ese es el único camino que hay que andar. Si lo hace, se tendrán que comer sus acusaciones de oportunismo electoralista el esquerraunidista Oltra y el socialista Perelló. Demos tiempo al tiempo.